Facetas, Jungkook ya no era el mismo de antes, pero Jimin no había cambiado nada, seguía siendo el niño irracional que cometía errores, uno tras otro, y Jungkook lo sabía, lo sabía al mirarlo a los ojos. Las cosas no podían ser como antes, el juego de la seducción ya había acabado cuando los dos pararon. Solo debían arriesgarse, una ves mas, pero esta ves, no iba a ser Jungkook. Esta ves, Jungkook solo quería mirar al sentimiento crecer y derrumbarse, derrumbarse como una ves se derrumbó el. Pero Jungkook nunca perdió la debilidad por ver las lágrimas de Park Jimin.
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