Odiaba cuando causaba que mi corazón diera un brinco. Siempre me atacaba con palabras tiernas y miradas significativas que me confundían, no quería enamorarme y que después me deje cuando encuentre su mate, él aún era pequeño para poder entenderlo. Quizás sentía algo por mi, pero eso sería nada cuando encontrara a la persona indicada y yo no quería sufrir. No deseaba salir herida y quedarme sola otra vez, estaba mal entregarle mi corazón cuando sabía que no lo podría cuidar, pero cada vez se me hacía mas difícil reprimir estos sentimientos. Por favor no me enamores más. Pero el amor es necio, espontáneo y abrumador, te impulsa, te da fuerzas y te cambia para mejor. Si lo intentas detener más te darás cuenta que es imposible dejar de sentir ese cosquilleo en tu estómago. Los invito a leer esta historia, no es necesario haber leído las demás (en la primera notita lo explico a detalle)