Johan Friedrich, el empresario alemán mas conocido, no solo por su magnifico trabajo, si no también por su imponente belleza. Tenia un cuerpo echo por los mismísimos dioses, unos ojos que con solo verlos te hipnotizaban, ese era el efecto Friedrich, todas las mujeres y hombres que lo adoraban decían eso. Pero como no todo hombre tiene su defecto y yo Annelise Engel, descubrí su defecto. Con sus juegos, con sus provocaciones, con sus celos, con todo eso el nombre de Johan no salia de mi mente, y eso era lo peor por que me había echo una adicta a su cuerpo, y siempre necesitaba de el.