Cerré los ojos adentrando mi cabeza a la casa mientras cerraba la ventana. Me alejé de ella y caminé hacia las escaleras, pero antes de subir el primer escalón por alguna razón gire mi cabeza hacia la ventana. Y allí estaba, a la lejanía, podía ver la misma figura que vi unos momentos antes, era ese sujeto. Él me observaba con sus profundos ojos amarillos que resaltaban como faroles en la oscuridad. Yo me giré y subí las escaleras tratando de ignorarlo. De pronto, sentí que mi memoria intentaba recordar un nombre que había olvidado, pero no logré recordar nada.