Decían que a los treinta ya tienes que estar casada; con hijos, con un buen trabajo, con hipoteca, coche, perro, gato, y además sin haber engordado un gramo, teniendo tiempo para ir al gimnasio, llevando una vida social plena y siendo feliz ¿Alguien lo ha conseguido?
Me llamo Oihane y soy soltera, sin hijos, con un trabajo normalito, vivo de alquiler, el coche lo vendí, tengo perro y gata, no tengo apenas vida social, estoy continuamente a dieta y me esfuerzo por ser feliz.
¿Existe la relación perfecta? ¿El hombre perfecto, con un cuerpo de dios helénico, rostro sin máculas, joven, multimillonario, con buena ortografía, inteligente, sin hijos ni cargas familiares, que venga a salvarme en su helicóptero dorado, para llevarme colgada de su lomo a ver mundo y comer perdices?
Probablemente no. Por ello, en esta historia eso no va a existir.
Querido lector o lectora; esta es la novela anti romántica y anti erótica más realista que vas a poder leer. Especialmente, porque por fortuna o desgracia, está basada en hechos reales.
Pobre Joseph, alguien debió advertirle que se estaba equivocando al contratar a Lexy como su nueva secretaria, pero se "emocionó" demasiado y la mesa le ayudó a ocultarlo.
La inexperta muchacha tiene un don que ni ella misma conoce: puede emocionar a su jefe con cada uno de sus torpes movimientos y mandarlo al baño para "batir la mayonesa" cuando su lengua recita incoherencias.
"Ricas incoherencias", piensa Joseph, mientras alucina de pie en su cuarto de baño, pensando en su nueva secretaria, esa que va a sacudirle más que el mundo completo.