Con el placer de su vida este hombre nos lleno de sonrisas y alegrías. por eso es justo que hallemos un momento en apreciarle y agradecerle bastante, al maestro Chespirito que en mas de una ocasión nos halló por desprovisto casi faltos de un pellizco para entender, por entonces, que no hace falta ser mezquino! y sólo con corazón de niños reírnos de sus inventos.