Si Marlena pudiera enumerar en orden descendente los momentos más dolorosos de su vida, seguramente este superaría al del día de su nacimiento, el cual desde que tenía 9 años y se dio cuenta que su vida no valía una mierda se había coronado con ese título, quizá fue un poco tarde pero a esa edad pudo deducir que todo se podía haber evitado si nunca hubiese nacido. Increíblemente este momento superaba cualquier expectativa de dolor que pudiera recordar. Se vio a si misma fuera de su cuerpo incapaz de entender o escapar de esa escena dantesca que nacía delante de ella, y no era que no le agradara lo dantesco, era que la persona en medio de toda esta situación era aquella que eternamente le señalo, la juzgo por ser libre y le negó ser completamente feliz, pues siempre camino con la cabeza gacha, bajo la luz de esa "perfección" ...