Magia, pero no la magia del amor, ni la magia de la amistad, nada de eso, magia de la que hay en libros y películas de fantasía, ¿Inexistente? No lo creo. Bueno, al menos hasta que él me enseñó que no lo era. Un extraño mundo, con extrañas palabras y extrañas personas, descubrí aquel día a causa de su aparición repentina en mi vida. Un parque, un árbol, lluvia y unos lindos ojos celestes.