Una mañana del día 8 de noviembre, me levanté como cada mañana, me lavé la cara, baje a la cocina a desayunar, volví a mi cuarto para vestirme, me lavé los dientes y me aproximé a la parada para coger el autobús.
Como siempre había quedado con mi mejor amiga -Anabel de la clase contraria a la mía-, pero esa mañana no acudió al sitio de reunión, así que me dispuse a coger el autobús para no llegar tarde a clase. Al llegar a la entrada del colegio la encontré sentada en un banco con su mochila a los pies, su cuaderno a las manos y un gran paquete de pañuelos, (pero siempre con sus zapatillas deportivas, sus conjuntos deportivos, su pelo negro recogido como una cola de caballo y sus uñas a conjunto de su ropa.)
Anabel era una chica muy deportidta de mediana altura, con el pelo negro como explicaba antes, los ojos verde esperanza, ya de interior como persona es simpática, dulce, optimista, alegre. Pero ese dia ya su sonrisa no iluminaba su rostro hací que me decidi a acercarme a ella...
Mientras los secretos más oscuros de la Casa Blanca emergen, Jennifer y Barron se encuentran atrapados en una red de poder, mentiras y traiciones. Él debe decidir si seguirá siendo el hijo obediente o se convertirá en la voz que su país necesita. Ella deberá aprender a sobrevivir en un mundo donde la verdad es la mayor amenaza.
En un escenario donde el amor y la justicia parecen imposibles, dos almas opuestas luchan por ser libres, aunque eso signifique enfrentar al mismísimo presidente.
Cuando el poder y el corazón entran en conflicto, ¿qué estarán dispuestos a sacrificar para encontrar su propia verdad?