Nunca sabemos lo que nos depara el destino, a veces puede ser cruel con sus juegos y hacer las travesuras más amargas, Daniela Romo siguió su vida después de lo que sucedió en los bastidores de Sortilegio, pero sabía que nada volvería a ser igual, ella había amado y había sido amada, pero algo se había roto y ya no estaba segura si podría volver a confiar. Gabriel Soto tenía profundas marcas en su mente debido a su breve relación con Daniela, un amor abrumador, pero que tuvo consecuencias permanentes en sus vidas.
Los dos actores habían cometido el error de amarse desesperadamente, algo que nunca debió haber sucedido, ante los ojos de Daniela. Sin embargo, el destino se encargó de colocar a los dos amantes de nuevo juntos. Después de todo, la vida era un suspiro y el amor, una suave melodía que sería compuesta por dos almas marcadas por el pasado pero que aún llevaban consigo las más puras chispas de la pasión.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero