“Tomó mis manos para llevarlas directo a su cuello, unirnos en un abrazo, separados del pasado, alejados del presente y sin prisa para el futuro, solo él y yo, así fue siempre. Todo, todo estaba mal.
–No me abraces…–Le exigí, mas no pude negarlo.
– Pero… ¿Por qué no?
–Porque me haces sentir protegida; y sin embargo es de ti de quien debo protegerme…
Por última vez desplegó sus alas, por primera y última vez me rodearon, me protegieron o me expusieron. Luego se incinerarían. Él desaparecería, esto se acabaría”