Hace dos años mi vida cambió drásticamente. Mi familia perfecta, se derrumbó. Mis padres se divorciaron. Un suceso que lo sabrán a lo largo de la historia es lo que desencadenó esta desgracia. Actualmente tengo 17 años, acabo de ingresar a la Universidad de Medicina. Mi madre es una alcohólica que se la pasa de bar en bar. La verdad casi no tengo trato con ella, pareciera que no le importo y siempre trae jovencitos a la casa con los que se divierte, pero nada de qué preocuparse. Así es mi vida, mis padres divorciados, no tengo hermanos. Se preguntarán mi nombre y como soy... me llamo Alicia Reyes Montero, soy una pobre niña rica. Físicamente mis características son tez blanca, cabello largo negro y tengo un mechón de color rojo intenso en la parte derecha de mi cabeza. Me gusta mucho vestir de negro y usar tacones. Mido 1.65 m. la gente dice que mi cuerpo se asemeja mucho al de mi madre ya que es exuberante. Para mi edad creo que estoy bastante desarrollada. Y por el momento esa era mi rutina. Solo que el día de ayer me topé con una escena que no me gustó para nada. Escuché unas risas y mucho cuchicheo, me salí de la cama ya que era entre semana y duermo a buena hora. Me asomé y vi a mi madre con sus mejillas rojas causa del alcohol, venía del brazo de un tipo joven como de aproximadamente unos 25 o 26 años, alto, cuerpo atlético, tez apiñonada y mirada siniestra. Le alcancé a ver dos tatuajes en ambos brazos, su mirada cruzó la mía y sentí temor. No sé como describirlo, pero me dio terror ese tipo. Sea lo que sea que hiciera con mi madre, no era para nada bueno. La verdad esa noche no pude dormir. Y cuando desperté para irme a la universidad me lo encontré en la cocina. Estaba sin camisa, solo con sus pantalones y el cabello amarrado en una coleta, bebía agua y me miraba. Sin más, me di la vuelta y me fui a la universidad. ¿Quién sería ese tipo, y por qué me daba tan mala espina? Y entonces....da comienzo la historia
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