El llanto del niño sonó por todo el parque, Perú abrazó a su hermano menor, tratando de calmar sus lagrimas. -¿Podemos ir a casa?- el pequeño Bolivia pidió entre hipidos, causando ternura en su hermano que inmediatamente aceptó. Ambos hermanos abandonaron el parque abrazados, y sin que Perú mirará Bolivia le sacó la lengua a esos dos países que no dejaban de mirarlos.