¿Por qué empecé a admirarlo a él? Él no es bueno, él es considerado un pecado en mi religión. Él no tiene escrúpulos, no tiene hogar, no tiene una familia. No sabe amar, o al menos eso decían. Sabía en lo que me estaba metiendo cuando lo liberé. Sabía lo que había hecho, y no. No me arrepentía. Incluso si ardiera en el infierno, yo me quedaría junto a él. Pecaria entre sangre. Sólo por él.