Para Hebe Miller la vida nunca fue tan complicada, se basaba en una repetitiva rutina; ir a la universidad, volver a casa, salir con sus amigos los fines de semana, salir a fiestas y enredarse con uno que otro chico siempre que podía; cenas familiares aburridas y una relación demasiado toxica con su madre con la cual siempre terminaba discutiendo.
Su madre la crio junto a su hermano de una forma peculiar y poco común, les enseño que el amar a otras personas ajenas a los familiares estaba mal, que no debían hacerlo porque los reprenderia de una u otra forma, realmente lo hacia y de formas muy duras; cuando Hebe tenia once años tuvo pequeños sentimientos por un niño de su clase pero se reprimió a sentir algo por miedo a su madre, por miedo a ser castigada de nuevo. Desde entonces nunca volvió a sentir nada por nadie, los chicos solo eran un pasatiempo. Fue así hasta que lo conoció y su vida cambio para siempre.
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Siempre me enseñaron que el amor es algo sobrevalorado, algo trivial, que solo causa que las personas hagan locuras de las que luego se arrepentirán.
Jamás me he enamorado, los chicos para mi son simples o bueno mas bien eran simples accesorios que podía usar, cambiar y desechar en cualquier momento. Mis padres me criaron de manera poco común, una en la cual el único amor que debía sentir era el propio, donde si llegaba a desarrollar sentimientos por alguien me castigaría a mi misma.
Pero cuando lo conocí mi mundo dio un giro de 180º; un giro que evite dar a toda costa, pero fue casi imposible resistirme a lo que él causaba en lo mas profundo de mi ser. Fue entonces cuando decidí que por mas sobrevalorado que estuviera el amor quería experimentarlo, si se trataba de él no me importaba el riesgo, no me importaba la clase social, solo me importaba que siempre estuviera conmigo incluso si el mundo entero se volvía en nuestra contra, porque lo amaba, mas de lo que creí que podría llegar a amar a alguien.
Darío está decidido a conseguir justicia para su novio Joel, sin imaginar que, en su lucha, encontrará un aliado en el novio de su hermana, y tal vez algo más.
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La noche del 23 de marzo, en su cumpleaños dieciocho, a Darío le toca afrontar uno de los pasajes más difíciles de su vida; su amigo desde la infancia y primer amor, entra en coma tras recibir una golpiza por defender su forma de amar, su libertad.
Darío nunca pensó que un simple beso pudiese traerle tantas desgracias. En un poema de Octavio Paz leyó que un mundo nace cuando dos se besan, sin embargo, cuando Darío besó a Joel, su novio, su mundo tal como lo conocía terminó.
Los sucesos de esa noche y la abrupta entrada de Gonzalo en su vida, revolucionarán a Darío en todo sentido, llevándolo a experimentar el deslumbramiento y el desengaño, la pérdida de la inocencia y la ingenuidad ahí donde todo debería cobrar sentido: el amor, el sexo y la muerte.
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Ignacio Carrera, 2021.
Hermosa portada por @mar_espinosa