Dos nueves. Un puesto. Ser nueve titular en la Selección Argentina, el objetivo de Lautaro Martínez y de Sergio Agüero. Son dos, y el puesto es uno. Y ambos se odian. Pero dicen que del odio al amor hay un solo paso. Algo crece dentro de Lautaro cuando ve al Kun, se siente mal cuando éste lo putea, pero no se lo demuestra. Cada vez que Lautaro cruza miradas con Sergio o éste le habla (aunque sea para putearlo) algo le pasa; su corazón se acelera cada vez que lo ve. Y se pregunta por qué le pasa eso con su competencia por el puesto, por su "enemigo". ¿Podrá ser que la llama del odio se vaya apagando de a poco, aunque sea por parte de Lautaro?