El ruido, las luces, las personas, nada se compara con la tranquilidad de mi pueblo, pero me dedo acostumbrar, allá no tengo nada que buscar más que dolor y desgracia. La enigmática muerte de mis padres me ha hecho salir de allí e ir en busca de mi único familiar vivo, del cual sólo tengo una vieja y arrugada carta.