Entreguen sus corazones. Todos lo decían, ¿Pero lo harían? Cuando en sus manos las oscuras manchas de sangre se queden tatuadas para recordarles los caídos, cuando ni el alcohol los dejé perderse o desprenderse de su pasado, cuando a su lado los cuerpos caigan inherentes y la muerte los acompañé a cada lado donde vayan, cuando la lucha sea en vano ¿Entregarán sus corazones? Era simple la respuesta. No.
"Entreguen sus corazones". Mueran por nosotros. La misma mierda disfrazada de heroísmo, la misma mierda bañada en oro, la misma mierda, la misma mentira, la misma guerra.
Entreguen sus corazones. Mueran por nosotros. Por los que al regresar a casa les damos la espalda ignorando su esfuerzo. Por el rey, que olvida sus nombres, su sacrificio, su humanidad y sus vidas en la segunda copa. Por sus familias, las mismas que la maldita mentira encerró, la misma que murieron en mano de lo que ellos no derrotaron, la misma que trajo a esta mierda. Por la legión, porque si, porque es una orden, porque el capitán lo ordena y no puedes negarte aunque te joda o te duela. Cierren sus ojos y entreguen sus corazones, al final del día no son nada más que eso, un soldado muerto en batalla, un soldado muerto en su propia mentira, un papel más que firmar cuando caigan y la muerte se apodere de sus vidas.
No entreguen sus corazones, no a ellos, no lo valen. Entreguen sus corazones el día que sus muertes no sean en vano, el día que ellos peleen a su lado, el día que al caer no tengas miedo de morir porque lo diste todo, porque la guerra acabo, pero si no es así, no lo hagas, una muerte más es solo un peleó barato, una vida menos es un alimento más para los ricos, no para tu familia, una vida más es alguien por quién pelear, una muerte menos, es la razón por la que ellos pelearán.
Él viviría para proteger sus vidas. Ella moriría para salvar su humanidad. Ellos caerían para salvar siempre y cuando no sea en vano.
En edición.