Mamá una vez me dijo: "No estar muerto no es estar vivo" y en ese momento sinceramente no le preste atención, pero, un enero de 2007, la vida me dio una lección que literalmente me marcaria para siempre. Vivir una enfermedad terminal en donde mucho tiempo me veía como alguien muerto en vida, sin ganas de luchar y con grandes ansias de cerrar los ojos para olvidar todo, me hizo darme cuenta que lo que dijo mamá era una realidad que estaba enfrentando, pero, después de dos años de lucha contra mi pequeño gran demonio, la vida me dio otra oportunidad. En donde, grandes amistades llegaron a mi, aventuras me encontraron y aquel: -No vas a morir pequeña estrella de ojos negros. Dio una cálida bienvenida a la persona que me ayudaría a cumplir mis sueños y me enseñaría lo que el amor verdaderamente es. Porque esa noche estrellada dio inicio a una lluvia de resplandecientes estrellas fugaces, después de haber pasado por muchas noches oscuras.