Azucena tiene la vida perfecta. Padres que la aman, amigas perfectas, buenas notas, un talento musical y deportivo de primer nivel.
Al parecer todo en su vida va bien.
Pero cuando todo va bien, muchas personas empiezan a envidarte. Comienzan a tenerte rencor, por el simple hecho de que te quieren ver bien. Pero no mejor ellos.
Su vida cambia, después de una fiesta, una foto y un video.
Su reputación cae por el suelo, sus amigos ya no son tan perfectos, su familia le esconde secretos. Su vida da un giro gigante.
Comienza a sentirse sola, incomprendida.
Hasta que él, el chico de los brillitos le da una mano.
La persona que menos esperaba, es quien le brinda su apoyo.
Russell, no sabe porque quiere ayudarla. Solo es alguien que conoció de pequeño. ¿Por qué habría de importarle lo que a ella le pase?
No sabía cómo responder a esa pregunta, pero lo que si sabía es que no iba a dejarla sola. Nadie merece estar solo cuando está sufriendo.
"Es ley, que aunque sea una vez en la vida nos rompamos. Cada parte de lo que creíamos conocer y amábamos, se destruye, cambia o deja de ser igual. El dolor es horrible, el sentimiento es desgarrador. Piensas que nada tiene sentido ¿Por qué seguir? Si duele tanto.
Es ley en la vida primero tienes que romperte, para poder sanar."
Alisson es una chica diferente a las demás, ella no va de chico en chico como las zorras de su instituto, ella no cree en el amor.
Hasta que conoce al chico nuevo más deseado por toda la escuela, Adam, quien le da un giro de 180 grados a su vida.
Todo da un rotundo cambio en la vida de Ally, ella no lo quiere en su vida pero el destino le hace una mala jugada.