Choque contra un sedán negro que se encontraba estacionado en la orilla de la carretera junto a un pequeño rio. La calle se observaba desierta y no tenía ni la menor idea en donde me hallaba exactamente.
¡Oh dios mío! ¿Qué debo hacer?
Salí rápidamente de mi carro y fui hacia el otro, comprobé que en el impacto destroce su luz izquierda, además vi sobre el techo del sedán un par de pantalones negros. Fruncí el ceño y en lo que me acercaba note que había alguien dentro sentando en el lugar del conductor. Golpee el cristal de la ventana y él la abrió un poco.
- ¿Estás bien?..... Lo siento, lo siento... lo siento de verdad - no podía detener mis palabras, estaba completamente apenado, sin embargo de pronto me quede hipnotizado por su penetrante mirada
¡Maldición, es tan guapo!
- ¿Te encuentras bien? - me pregunto con una voz grave y fuerte, sobre todo sexy, increíblemente sexy. Asentí con la cabeza porque las palabras no querían salir de mi boca
- Por favor, no es necesario una demanda.... Prometo que pagare la reparación, pero debo irme ahora porque tengo mucha prisa - incline la cabeza en forma de disculpa
- ¿Qué tal mal esta? - pregunto aun sin intenciones de salir de su vehículo
- No estoy seguro, por lo que vi la luz izquierda está completamente destrozada ¿Podrías bajar un segundo? Te daré mi número de celular y mi identificación. Debo irme, debería estar en la boda de mi primo lo más pronto posible...
- Okey, pero por favor no vayas a gritar.... - menciono mientras abrió al puerta, dio dos pasos hacia atrás al instante en que estuvo fuera del vehículo
¡Mierda, está desnudo!
Cuando el ingenuo Fluke Natouch aterrizó en Dharia, un reino del desierto, con un anillo que era su único lazo con su misterioso pasado, no podía imaginarse que iban a detenerlo y a dejarlo a los pies del imponente dirigente de ese país.
El rey Ohm recelaba de el muy deseable Fluke, pero la imaginación del pueblo de Dharia se había disparado al enterarse de que él poseía el anillo y creían que Fluke era el esposo que él había estado esperando.
Por eso, Ohm inició una ofensiva sensual en toda regla para acabar derritiendo la firmeza de Fluke y que le pidiera que lo llevara al altar.