Vivo en un mundo donde las almas gemelas comparten las cicatrices de las demás. Cómo la mayoría, llevo las típicas heridas menores que apenas me llaman la atención. Hasta el día en que aparece una gran cicatriz en el centro de mi pecho. Y esta no es una cicatriz cualquiera. Encontrar a tu alma gemela es una cosa. Admitirle quién eres es otra muy distinta. | Traducción autorizada por @invisame |