¿Cuántas historias no hay dentro de una guagua? El que se agarra así mismo recostado a las ventanillas allá atrás en el fondo; el que se recuesta en el acordeón y se adueña del tubo donde los demás deben agarrarse; el que se queda en la primera puerta pero no se queda en la próxima parada; el que mira desde arriba, allá en el fondo, las tetas de aquella joven de pelo como fusilis; la que recuesta la cabeza a la ventanilla; el señor que permanece encorvado y solo mira hacia afuera; la señora de los espejuelos; señor de las RayBan y los anillos de oro; los de las gorras de U.S. Army; la que carga al niño; los de los audífonos, los vans y la mochila. Así mismo, ¿cuántas historias no hay en un barrio? ¿cuántas no hay en un edificio? Daniel es de la periferia y Yanet es del centro. Sus miradas se cruzan en una oficina, sus palabras en una guagua, sus destinos confluyen en la calle.All Rights Reserved
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