La estación del años menos añorada había tocado tierras estadounidenses, al menos para Marinette. Pues, cada verano le recordaba a aquel joven de brillantes dorados. -Me encanta el sol de verano sobre tus pecas. -repetía la voz de aquel una y otra vez dentro de su mente la parisina. - Muestra tu peculiaridad, y resaltan tu belleza, Marinette. Un año, era la cantidad de tiempo en la cual sus caminos se separaron, y cada uno tomó su propio camino. Pues desde aquel incidente, ella no se permitiría abrir aquella heridas que tardó en tapar y ocultar, nunca más volvería a dejar en descubiertos aquellos delicados puntos casi dorados los cuales se posan sobre su piel. Ella lo sabía, el maquillaje no podía cubrirlos toda su vida, pero ella no permitiría que sus puntillos la intimidaran, pues aquellos significaba dolor, y no estaba dispuesto a sentirlo de nuevo. ¡No! Ella jamás se permitiría sentir, pues eso la haría una débil y una cobarde, ¿O no? ¡No! Ella no le daría paso a alguien más que descubriera los rayos del sol de verano sobre sus pecas, pues eso la haría una traidora, ¿O si? ¡No! Ella no se permitiría hablar sobre sus emociones, ni abrir aquella herida, pues se victimizaría y no solucionaría nada, ¿O no? - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Los personajes son pertenecientes a Thomas Astruc. Historia sin conexión al universo de Miraculous Ladybug.