A tres meses de la perdida de mi esposo, aguanto día a día lo que me toca y pareciese que el 16 de Junio se repitiera constantemente. Algunas tardes su madre lloraba por la perdida de su hijo, yo iba en busca de ella a consolarla pues me partía el alma verla así, yo no quise buscar consuelo aún sabiendo que había perdido al amor de mi vida entendía muy bien que ella había perdido una parte de su alma y solo quería ayudarla... Pero no solo eso era el tormento de casa, por las noches sentía que me hablaba entre sueños como si no estuviera en un lugar en paz ¿Mis ultimas palabras no le habían dado tranquilidad? No... algo más estaba mal. Cada noche despertaba gritando y era ahí cuando su madre me trataba de ayudar pero yo no quería darle más dolor, para ninguna de las dos resulto fácil menos para mi sabiendo que paso la noche anterior de que lo llevaran al hospital. - Todo estará bien - Dijo su madre con una mirada triste y a la vez preocupada - Hay que darle tiempo al tiempo. - ¿Tiempo al tiempo? ¡Han pasado tres meses! Los cuales desde el día que se enterró Luciano no he dejado de soñar que me llama... Igual no todo estaba bien y lo sabe, quizás sea castigo por aquella noche - Desvíe mi mirada de la de ella -. - No te auto castigues, lo que paso esa noche no fue culpa tuya, las cosas pasan por algo y el ya estaba muy mal, entiéndelo por favor Alejandra - Dijo su madre acariciando mi cara. La ansiedad me invadió, necesitaba gritar ¡Golpear algo! Pero lo único que podía hacer de bueno en ese momento era agarrar el coche y salir huyendo lejos de la casa, no había con quien hablar, mi madre estaba lejos de ahí y apenas y podía llamarme. Mis lagrimas no dejaban ver bien el pavimento resbaladizo "¿¡Por qué, por qué a mi!?" Pero por maldecir mi vida sentí como las llantas del carro se salieron de control.All Rights Reserved