Aiden era una omega. No un simple omega, era el omega mas codiciado de la ciudad. No era realmente único. No desprendía ningún olor especial, ni tenía una cualidad fuera de ser atractivo ante el ojo. No era realmente diferente a todos esos otros omegas desesperados por encontrar un acompañante. Claro, con la clara excepción de su gran fortuna Lo que nadie sabe es que ese omega tan aterrador y fuerte ya tenía una persona que le gustaba esperándolo cada noche en casa. Ethan. Ethan era de esos alfas que con tan solo con verlo babeabas. Sus feromonas atraerían hasta a el mas indiferente, y aterrarían al más fuerte que intentará molestarlo, su único problema: Nadie podía acercarse a él.