Clarke Griffin es una amante de los animales, veterinaria de formación, aunque trabaja de camarera hasta encontrar algo de lo suyo. Afortunada a nivel familiar, pero sin suerte en la vida laboral ni emocional, ya ni recuerda cuándo fue la última vez que tuvo pareja, y, aunque sus esperanzas en el amor son escasas, no cierra la puerta. Un día conocerá a la nueva profesora de su sobrinito y descubrirá que es la mujer con la que tuvo un flechazo instantáneo meses atrás, tan solo viéndola un segundo de su vida. ¿Conseguirá no tartamudear cuando se encuentren cara a cara?
Lexa Woods acaba de empezar el trabajo de sus sueños: maestra de infantil dentro de un proyecto alternativo de enseñanza, y mientras sigue realizando tesis y estudios para la universidad. No ha tenido una vida fácil en ciertos aspectos, por ello, le cuesta mucho abrirse emocional y físicamente, y, ahora que se ha mudado a otra ciudad por su nuevo trabajo, quiere olvidarse de lo mal que le han ido ciertas relaciones personales y vivir libre, sin miedo. No es que estuviese buscando el amor, aunque no negaba querer encontrarlo, pero ¿qué pasará cuando se cruce en su camino la tía de uno de sus pequeños alumnos? Una mujer que la mira como si fuese la persona más interesante del mundo. Y, más aún ¿qué sucederá cuando esa rubia descubra su secreto?
NOTA: En esta historia Lexa es una mujer transgénero, no quería utilizar la etiqueta g!p para no encasillar la novela en ese detalle, pero tampoco quiero que nadie se lleve una sorpresa, y que derive en comentarios desagradables. Aviso ya, no quiero insultos ni nada parecido, todas aquellas apostillas negativas que acudan a la mente por el hecho de que haya una mujer trans como protagonista, que además conserva aún sus genitales, guárdenselos o por privado.
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