Alex y Ela han sido mejores amigos desde que en una noche de navidad en un momento tan simple pero tan mágico el la baño de cupcakes y ella... pues le grito lo tonto que era. Dos pequeños caminos que se entrelazan viviendo y creando su propia constelación, ambos tienen temores, ambos ocultan sus inseguridades y ambos terminaron rotos. Bien dicen que el tiempo cura las heridas pero... ¿y si no es en todos los casos?. Alex pudo sanar, pero el se fue dejándola sola. O al menos eso cree ella. Ela solo sigue teniendo pesadillas y preguntándose ¿cuándo terminara su dolor? Seis años después de esa tormentosa tarde el decide que es momento de cumplir una promesa, pero... ¿que hará cuando vea que Ela ya no es la misma? Las grietas que deja la perdida de seres queridos, las heridas en el alma que no sanan, el dolor que no merma solo se oculta, los recuerdos del pasado que solo atormentan y cuando todo vuelve Ela solo querrá ocultar sus sentimientos. Protegerse. Ella teme salir herida. El solo quiere reconstruir su constelación perdida.