En la noche de su trigésimo cumpleaños Kim Taehyung comprendió dos cosas: La primera, que no existía algo así como el "Alfa Indicado" por el que por tanto tiempo ha esperado para complementar su desgastada vida amorosa y segundo, que debe apresurarse si quiere tener un hijo propio, pero sobre todo, que debe hacerlo por sus propios medios antes de que los pocos óvulos que le concede su naturaleza como Omega desaparezcan completamente de su cuerpo. Opciones tenía muchas pero las que le permitían criar a su hijo por su cuenta eran tan solo dos: Podía tener una relación de una sola noche con el primer extraño que llamase su atención en un bar cualquiera, sin embargo, esa locura de telenovela podía dejarlo con una enfermedad de transmisión sexual complicándole la vida; por lo que, después de horas de meditación en el balcón de su apartamento, Taehyung comprendió que la más factible era su opción número dos. Sin embargo, sentado en uno de los cómodos asientos de esa clínica de fertilidad, con la vista de todos los presentes en lo que parecía ser el único Omega que no es acompañado por su Alfa a esta clase de actividades, siente la vergüenza hacerlo reconsiderar sobre lo que está a punto de hacer. Es decir, ¿qué tan desesperada suena la frase "Inseminación artificial con donante anónimo"? No mucho, ¿verdad?