Por el rabillo del ojo vi como se acercaba a mí y retorcía sus manos. Eso solo lo hacía cuando estaba nervioso o no sabía expresar lo que quería decir. Lo conocía tan bien. -Nunca te abandonaré, Ellie. Siempre estaré contigo hasta el final. Que no se te olvide, ¿de acuerdo? Le miré fijamente -¿Nosotros dos contra el mundo? -Solo tú y yo.