Desde que tengo uso de razón, he creído fervientemente que todas las historias de amor son únicas. Algunas son muy cursis o empalagosas. Otras, muy pasionales e intensas, de mis favoritas. O un completo cliché, demasiado predecibles quizás. Todo depende de quién o cómo lo cuente. Yo, quiero contar la mía. No tiene nada especial, a ojos de una persona cualquiera podría pasar como una historia más. Pero para mí, es el viaje más excitante y maravilloso que he tenido nunca, es de esos viajes que nunca acaban. Hubieron baches en el camino, algunos se superaron exitosamente pero otros aún nos acompañan.
De eso va la vida, ¿no?.