" “Levántate, ¡Vamos Meltem! No tengo todo el día” Gritó ¿Cómo él sabía mi nombre? Ni siquiera era mi nombre verdadero, era mi nombre de las islas. Bajé de la cama como pude y solté un quejido de dolor al poner mi pie en el duro y gastado piso. Me ajuste mi chaqueta negra y salí por la puerta de acero siguiendo órdenes del guardia. ¿Para qué me llevaban hasta ahí? Solo debían soltarme o en dado caso asesinarme y por ahí solo quedaban oficinas. La sangre de una simple prófuga no tenía derecho de derramarse en uno de sus sillones de cuero. Así que probablemente era para decirme que Gerard había muerto… La chica de aspecto rudo que vi antes de escapar de un Jerf me miraba con severidad, aunque mi aspecto era más rudo que el de ella, ella tenía ese misterio en sus ojos. Se sentó a mi lado mientras esperaba para que me hiciera pasar a un pequeño cuarto. - Es cierto todo lo que dicen de ti ¿Eh Meltem? – Dijo ella La mire resentida, ni siquiera yo sabía si era cierto ¿Qué le podía responder? No lo sé, no recuerdo si masacre y asesine a toda mi familia y luego me bañe en su sangre hasta que llegaron los guardias… Ellos habían dicho que era cierto y lo único que sé es que ellos eran la máxima autoridad después de los Jerfs y el alcalde, debían ser honestos. "