Existe una antigua profecía que cuenta la historia de dos almas que habían sido maldecidas eternamente, mucho antes de haber nacido, con una marca en sus cuerpos. No podían tocarse porque si lo hacían, la dulpa ardería bajo sus propias brasas. Eran tan poderosos cada uno por separado, que juntos eran capaces de acabar con todo a su paso, reduciéndolo todo a la nada misma. Por eso mismo solo debía quedar uno con vida. Divididos por una letal aversión y unidos por igual por la flama de la pasión. ¿Qué pasa cuando el fuego se funde con otro fuego?, ¿se extingue? No, se expande. Provoca un incendio.
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