¡Yalodde Yeyé Kari! ¡Yeyeo! ¡Omoriyeyeo! Cuando los Orishas llegaron a la tierra, organizaron reuniones donde las mujeres no eran admitidas. Ochun se sintió aborrecida por ser puesta de lado y no poder participar de todas las deliberaciones. Por tal molestia, decidió empezar una revolución. ¡Yalodde Yeyé Kari! ¡Yeyeo! ¡Omoriyeyeo!
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