Él tocaba y tocaba, haciendo pausas breves únicamente entre el final de una pieza y el comienzo de la próxima.
Me relajé completamente, flotando con la música, pero ésta cesó súbitamente y se oyó una voz: "Solo he tocado por un poco más de treinta minutos. Dijimos una hora". El tono de Louis sonaba agitado.
La voz de su mamá respondía. Esforzándome por oír, puse de pie en el suelo para que la mecedora se detuviera, pero ni así podía oír las palabras de la señora Tomlinson.
Louis volvió a hablar, esta vez en un tono más ligero: "Lo sé mamá. Sé que te preocupas pero desearía que no lo hicieras". Louis volvió a hablar: "No fue el piano lo que me enfermó. Recuerda, hasta el doctor Smith te lo dijo. Estoy bien mamá, los malos tiempos ya pasaron".
Oyendo conversaciones ajenas. Eso es lo que yo estaba haciendo. ¿Qué tal si Louis me veía? Me quedé en la mecedora perfectamente inmóvil, apenas si respiraba. Louis no volvió a tocar. ¿Estaría sentado en la banca del piano? ¿Qué tal si se asomaba?
Finalmente, después de haber estado en silencio por un momento, me levanté y miré por encima del seto. Nadie se movía en la casa de los Tomlinson. Huí precipitadamente hacia mi bicicleta.
En la casa, me fui al cuarto del baño, feliz de estar solo. Me lavé la cara y me miré al espejo, recordé cada una de las palabras que había oído. ¿Qué querría decir Louis con 'estar enfermo'? El miedo comenzó a tocarme con sus fríos dedos. Agité mi cabeza negativamente. "Lo has conocido solamente durante dos días", reflexioné en un susurro. "No puedes preocuparte tanto por él". Miré de cerca al niño del espejo y supe que estaba mintiendo.
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.