Antes de irse a la universidad y crear su vida fuera de los límites de su familia, Evangeline es obligada a pasar el verano en una casa de playa con sus parientes más cercanos y lejanos celebrando el 80 aniversario del negocio familiar. Lo que no sabe es que su estadía en aquella propiedad estará sumida en pensamientos perversos por parte de la persona de la que menos se imagina. Sin luchar contra la perspectiva de lo bueno, lo malo, lo moral o lo mal visto, ella intenta conocerse y aceptar que su alma está hecha de fantasías prohibidas, dándole paso a un profundo sentimiento que desatará los secretos más oscuros de la familia Wester.