Londres 1840
Linzy Laner es amante de la naturaleza, se la pasa leyendo debajo de un árbol, en el bosque, se siente más contenta al aire libre que en un salón de baile, sin embargo, nunca ha estado en uno físicamente, si no tan solo en su imaginación.
La joven se escondía en la sombra de sus libros, esa era la única forma de salir de la realidad y vivir en otra época o tal vez en otra vida.
Su mundo transcurre muy apaciblemente, hasta que unos ojos inolvidables, la hicieron presas de ellos, esos ojos la cautivaron de manera tal, que pasó su adolescencia soñando con ellos. Cuando volvieron a su vida, estaba por cumplir sus veintiún años, nunca los pudo olvidar. El dueño de esa penetrante mirada, era de carácter totalmente opuesto a la percepción que poseía la joven de él, más bien, de lo que ella imaginó que era el caballero, en cambio, él era un caballero arrogante, reservado y retraído, esas cualidades intrincan a la joven Liz.
Al conocer al caballero dueño de esos ojos cambió su mundo, y trajeron a su vida el frescor de un Inolvidable Amor.
Sería capaz Liz de capturar al dueño de esos ojos o únicamente continuará fantaseando con ellos.
Savannah Ainswoth hija del conde de Ibree era lo que la sociedad había titulado como ángel. Porque a su corta edad era una mujer con todas sus letras, era hermosa y delicada que con solo llevar un par de días en Londres todos los que la veían quedaban deslumbrados, pero también era una mujer que no se dejaba muy fácilmente de los demás. Era fuerte, valiente, comprensiva y tenía una manera bastante peculiar de poner a todos en su sitio poseía una lengua mordaz que no temía sacar a la luz. Fue arrastrada por su tía a Londres su vida no pudo dar un cambio tan drástico, su madre había enfermado hace 4 años y muerto casi al instante dejándola con su padre desolado y triste... que se convirtió en alguien frio y distante; obligándola a irse... ella, que se había resignado porque a su madre le encantaba aquella época del año, esperaba al menos casarse profundamente enamorada. Porque según creía ella, sino aquello no valdría la pena. Pero después de varios días en su nuevo hogar, se encontrara con un camino en picada lleno de sucesos espantosos que la envolverán por completo y de la que necesitara toda ayuda posible para poder librarse de ellos.
James Abramson duque de Bedford a sus 26 años era el soltero más codiciado de todo Londres no veía la hora de escapar de aquellos tediosos bailes a los que su madre lo obligaba a asistir para que así pudiera encontrar esposa y su hermana encontrar un buen marido. Él pensaba que todas aquellas jovencitas eran unas interesadas sin pudor. Se había escapado por los pelos de varias situaciones bastante comprometedoras que según él creía aquellas mujeres las habían planeado con la intención de casarlo.
Pero una noche su camino se cruzaría con la mujer más hermosa que alguna vez en su vida vio y el destino se encargaría de armar un lazo invisible en ellos, un lazo que uniría sus vidas sin que ellos siquiera se den cuenta. El quedara tan embobado con ella que a partir de ese instante fijara u