El pasado de Mery lleva atormentándola desde que tenía apenas 9 años. Todo sucedió una fría noche de invierno, mientras los grillos cantaban por todo el vecindario y los niños ya habían sido enviados a la cama. Dani y Mery dormían abrazados como todas las noches de su vida. Pero esa noche era diferente, Dani había decidido que era el momento de escaparse y dejar todo atrás, incluso a ella. Mery despertó demasiado tarde como para llegar a salvarlo, pero nunca olvidará las últimas imágenes que vio de su amigo, llena de lágrimas. Desde entonces el miedo se apoderó de ella, haciendo que se encerrase en si misma y nunca más volviese a quitarse su caparazón de hierro macizo. Y es que ella estaba realmente enamorada de él. Lo que ella no sabe es que Dani tampoco la tiene tan olvidada como ella cree, y se lo hará ver sea como sea.