Anne Thirwall, siente la presencia de alguien en su habitación. Todas las noches, un cuerpo cálido, grande, la cubre con suavidad. Anne no tiene miedo, porque sabe que no le hará daño. Una noche, la presencia de la lleva, la saca de su hogar. El no la dejará ir, porque ella le pertenece, y aunque deba morderla para mantenerla a su lado, lo hará.