Cuentan, que una Diosa logró sentir afecto por un mortal. También cuentan, que sus sentimientos no fueron correspondidos. Y luego le prosiguieron las historias de sus errores, de las oscuras miradas que dedicaba a quienes le lastimaban. Pero solo eso son, viejas historias. Cuentos que destrozaban la imagen de una Diosa tanto piadosa como íntegra. Una diosa tan benevolente que nunca sería capaz de cometer tales pecados egoístas. ¿O tal vez sí? "La diosa que presidió los partos tuvo poder sobre la vida y la muerte, y fue venerada como una donante de vida, tanto en el hogar familiar como en las cortes reales, aunque ella también podría sentenciar una pena de muerte." Hilda Ellis Davidson
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