Sin previo aviso, sus padres le organizan un intercambio escolar de un año a España. Al dejar el país en el que quería pertenecer, se encuentra con una forma de vida bastante diferente a su anterior y con varios retos. No obstante, se sorprende al notar que algunos cambios son positivos, y al verse obligado a esforzarse para convivir y tras toparse con cierta persona, también Anton cambia a mejor.