Era un día llovioso, pero se sentía diferente, no solo era el ambiente nostálgico que por sí misma daba la lluvia de fondo, era una corazonada, el hermoso chico de ojos verdes pero tristes que estaba acostado en su cama observando el techo de su habitación como si fuera lo más interesante, sentía que algo estaba a punto de pasar, algo grande pero no podía adivinar con certeza si algo bueno o malo.
Harry creció siempre leyendo sobre historias de amor y escuchando la música más romántica, se creería que era un romántico empedernido, la verdad era que nunca había tenido pareja nunca nadie le había hecho sentirse atraído de esa forma, entonces las personas a su alrededor pensaban que quería esperar a encontrar a esa persona especial y vivir una historia como esas que tanto le fascinaban.
Y no se equivocaban, Harry quería poder tener todo eso, pero había algo, algo que lo hacía sentir diferente y no de una buena forma, algo que lo hizo siempre sentir que había algo malo con él.
Y no, no estoy hablando de su sexualidad, Harry tenía más que claro que era abiertamente bisexual y tanto él como las personas que lo rodeaban lo entendían y lo apoyaban totalmente.
Pero entonces. ¿Qué era eso que lo hacía sentir que había algo malo con él?
Iris va a llegar al fútbol club Barcelona con una sola misión, ser la encargada del documental secreto que van a hacerle a un Gavi que acaba de romperse los cruzados y que ha dejado claro al club que no quiere saber nada de documentales.
Ella no aguantará el mal humor del sevillano, este por su parte no le dará la oportunidad de conocerla.
Pero el amor tiene otros planes para ellos.
¿Qué pasará cuando Gavi se entere que ella está detrás de su documental con el tiempo?