¿Puedes conocer a una persona de una noche y sentir que ya no se debe marchar nunca? Aunque realmente no haya entrado en tu vida.
Que te falte darle una patada en el culo para que entre en ella, totalmente.
Mágicamente, la manera en la que encajaban tus labios en la botella de cerveza que sujetabas con delicadeza, casi dejándola caer. Sabiendo que de un momento a otro podría golpear el suelo y romperse. Y tú, con ella.
Pero no pasa nada, las noches siempre están bonitas para destrozarnos en otros bares.
Salvo esta noche, esta noche no, chico suicida.
Canta las canciones de Pedro mientras te tengo detrás mía.
Recita un rato, o dos, o tres, o joder, el tiempo que quieras pasar conmigo.
Sujetas mis manos con más fuerzas que a las botellas. Ahora no hay quién se rompa, ¿verdad? Solamente el segundero de todos los relojes. Me he encargado yo de ello.
Naruto movió sus azules con duda, giró su rostro observando que el sujeto en el espejo lo imitaba un poco- no eres mi reflejo ¿qué eres?- el rubio en el espejo parpadeó con duda- bueno, soy Menma ¿tú quién eres?- el Uzumaki parpadeó con duda- Naruto- observó que el chico en su reflejo no tenía marquitas en el rostro a diferencia suya- ¿Cómo es que esto puede ser posible? parece una distorsión espacio tiempo-
*Esta historia es mía, prohibida su copia y reproducción*
*Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto*
*Las imágenes las tomé de internet y modifiqué, créditos a su autor*