La violencia, es decir, la fuerza física usada para el daño de un otro, que es la forma más brutal que puede asumir la lucha entre las personas, es eminentemente corruptora. Tiende, por su naturaleza misma, a sofocar los mejores sentimientos del ser humano, y a desarrollar todas las cualidades anti-sociales: la ferocidad, el odio, la venganza, el espíritu de dominación y la tiranía, el desprecio por el débil, el servilismo hacia el fuerte. [...]All Rights Reserved