¿Es cierto -me has preguntado- que tus compañeros, los obreros de la ciudad, quieren despojarme de la tierra, de esta hermosa tierra que yo amo, que me produce doradas espigas, ciertamente tras mucho trabajo, pero que, sin embargo, me las produce? Ella ha mantenido a mi padre y a mi abuelo, y mis hijos hallarán en ella un poco de pan. ¿Es decir que tú quieres desposeerme de esta tierra, arrojarme de mi cabaña y mi huerto? [...]All Rights Reserved