POR FAVOR, NO ME ODIES

Imaginaros que no os queréis físicamente, que no podéis ver el espejo por miedo o por vergüenza, que no puedes ponerte la ropa que quieres porque tienes miedo de lo que piensen los demás. Es duro, ¿verdad? Pues esa es la historia de mi corta vida.

Siempre he sido una persona insegura y mi familia nunca me ha ayudado a arreglar ese problema, a decir verdad, ellos son los primeros en decir un comentario denigrante de mi cuerpo.

Son incontables las veces que he estado llorando en mi cuarto o después de ducharme porque no me gusta mi cuerpo.

Pero un día todo eso cambio. Él me enseñó a quererme a mi misma y yo le enseñé a odiarse a él mismo.