No me importa como lo vean, yo soy feliz

Prologo. Traición

Alguna vez la considero su mejor y única amiga, de hecho querría que aun lo fuera, no duda de que la perdonaría si volviera arrepentida y suplicando. Echaría a su actual compañera de cuarto sin pensarlo para hacerle espacio, pero no volverá, lo sabe. La vio más feliz de lo que nunca la había visto y ni así podía perdonar el que la abandonara por irse al departamento de ese tipejo.

Es la mañana de un viernes, un par de años atras, Yuri trataría de terminar todos los pendientes para poder irse de juerga con Tomoko y Uchi. Se arranca el pelo con el cepillo recordando la rota ilusión de ser amigas por siempre. Le gustaría culpar a ese tipo por la ruptura, pero la vio perderse en la depresión asta que ese hombre le alegró la vida.

Prepara dos sobres de avena instantánea con agua fría, podría calentarla, pero, quizás esté igual de deprimida que Tomoko en esos tiempos. Mira su parte del departamento, está igual de desordenado que la parte de Tomoko en aquella etapa. Mezcla café soluble con la avena recordando los buenos tiempos en que vivía con Uchi y Tomoko, engordaron bastante con la comida de Uchi.

No mira la repugnante masa café que se mete a la boca, la avena aún está dura, también extraña a Uchi. Su compañera de cuarto se levanta cuando la alarma suena por cuarta vez, casi no se hablan, a veces ni siquiera se saludan, hoy no es la excepción. Falta poco para que se gradúe, gracias a tomoko tuvo que recursar tres materias, no se arrepiente ni la culpa, lo haría de nuevo.

Termina su desayuno y revisa el celular, como de costumbre, Tomoko no le ha hablado. Espera que ella se disculpe, aun cuando le hizo una pataleta diciendo que si se iba con ese tipo ya no le volviera a hablar. Tenemos que madurar, dijo Tomoko con un abrazo que Yuri rechazó.

Espero que seas feliz, pero al menos háblame, ¿qué cosa?, su compañera de cuarto escucho sus susurros. Que tengas un buen día, dijo Yuri atropellándose y huyendo de