Historias del OXXO

Trabajo en un OXXO, en el turno nocturno, generalmente me toca estar solo, y en la madrugada casi no hay clientes, así que se presta para que ocurran cosas extrañas, cosas a las que es muy difícil darles explicación, ciertos tipos de sonidos, pasos detrás de ti, susurros en tu oído, ya sabes cosas así. He estado en otras tiendas y en ninguna me sucedió esto. Pero aquí, cuando dan las cuatro de la madrugada, nada tiene explicación. Es solo en un pequeño lapso de tiempo, quince o veinte minutos tal vez; en los que puedes sentir miradas entre los productos, ver una sombra dentro del cuarto frio que se asoma por los refrescos, alguien que toca la puerta y cuando vas a atender ya no hay nadie, risas o murmullos, productos que se caen varias veces; y, sobre todo, el frio; uno que te abraza y te hace temblar, no importa lo caluroso de la noche, a las cuatro de la madrugada, el frio entra por todas partes.