Era un Omega. Un Omega no cortejado. Algo realmente "raro" para alguien de veintiocho años. Aunque el no quería a alguien en su vida en esos momentos. O eso pensó hasta que llegó esa noche. Era una noche de año nuevo, a la media noche cuando los fuegos artificiales aparecieron junto a los gritos de las personas, ahí lo vio, tan radiante y tranquilo. Desde es momento supo el deseo de querer tenerlo, más no imagino que tuviera una gran sorpresa al descubrir de su vida. Más eso no quito el deseo de quererlo, de querer conocerlo, de amarlo, de seguir con su vida con el. Supo desde el primer momento, que él es su destinado. "No hay obstáculos para nuestro amor" O tal vez si. ¿Quien pensaría que ese chico lo había "rechazado" indirectamente? ¿Se dará una oportunidad para amar?
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