Pude contar la estrellas en el infinito. La melancolía de dejarte, se desvaneció. El majestuoso atardecer abriría una ruta para recordarte que "fuimos uno". Él fue la lluvia que se esparció sobre la sequedad de nuestros corazones; jamás te dejará, estará tan quieto en algunas ocasiones, pero se encargará de que no olvides que éramos luz a su lado; los que nos dañaron quisieron ponernos sombra. Pero la misericordia y la verdad, la magia y realidad, se besaron y disiparon la oscuridad. Fuiste como plumas plateadas, blindadas y reforzadas con risas; cubiertas de valentía. Siempre serás mi par de alas, eternas e infinitas. 🌠 NOVELA CRISTIANA ©Totalmente prohibida su copio y/o adaptación.